«Thirty reasons why» está dando mucho que hablar y después de haber visto la serie, con un poco de enganche he de decir, puedo entender el porqué. Una vez terminada la serie y con un ratito para escribir me apetece contar lo que, como psicóloga, me ha llamado la atención y me ha hecho reflexionar.
(¡Alerta de Spoiler!)
Netflix se ha atrevido a emitir una historia basada en la novela de Jay Asher sobre el acoso escolar, el machismo, las relaciones entre padres e hijos, el suicidio, los trastornos mentales, el problema de las redes sociales, la sexualidad en la adolescencia… todo un repertorio de temas polémicos y actuales sobre los que hace falta hablar sin banalizar ni caer en el esperado “final feliz”, y desde mi punto de vista lo han conseguido. Algunos de los temas principales, aunque queda mucho de lo que hablar son los siguientes:
- Sobre el acoso escolar o “bullying”: me pareció de lo más acertado ver dos caras de esta situación, una de ellas es el sutil acoso progresivo que sufre Hannah Baker, la protagonista de la serie, quien con cada cinta nos descubre cómo por activa o por pasiva se va encontrando más aislada, más avergonzada y más desesperada. Vemos como una chica que no parece cumplir el estereotipo de chica acosada (es guapa, lista, con humor y en un principio parece incluso encajar en el instituto) acaba por estar sola, verse en un cúmulo de situaciones violentas, siendo traicionada por amigas y chicos una y otra vez, y todo ello por un instinto que compartimos día a día, intentar encajar y tener apoyo de nuestros iguales. No entrare aquí en la falta de habilidades de comunicación que parece que tiene Hannah ya que no me gustaría que se justificase esta situación de ninguna forma, no la hay. Por otra parte me llamaba la atención ver como en los primeros capítulos se da toda una campaña de prevención del suicidio y la palabra bullying sale de la boca de todos una y otra vez mientras a Tyler Down, el estudiante y fotógrafo del anuario, padece el acoso en su versión más violenta, la segunda cara del acoso. Empujones, insultos directos, rechazo visible y generalizado parece pasar desapercibido mientras se habla de lo que no se debía o se debía haber hecho por Hannah… yo me preguntaba ¿Nadie ve que este chico está pasando por lo mismo? Y para mi sorpresa aparece en la cinta dando la sensación de que puede merecer ese trato… me sorprendió descubrirme con ese pensamiento brevemente pare luego rectificar, pero si yo lo pensé unos segundos ¿Cómo será en los chicos de un instituto? La propia Hannah promueve que se acose a Tyler para que se sienta como ella se sintió al ser espiada y fotografiada, sin darse cuenta de que éste chico también presenta muchas dificultades, y me hace pensar que será el protagonista de una posible segunda temporada con toda esa rabia y sensación de rechazo constante.
- ¿Qué se puede hacer? No tenemos la forma de erradicar el bullying desde los castigos o desde la amenaza porque primero, como hemos visto, no todo el acoso son golpes e insultos directos y segundo, el miedo no debe ser una razón para tratar bien a los demás. Las pautas para manejar el acoso no deberían ir dirigidas sólo a que las víctimas sean detectadas, sino que tendrían que ir dirigidas a la educación de pequeños y a los sistemas de prevención tanto para el acosador como el acosado, desde muy pequeños, por más duro que nos parezca. Educar a los hijos con capacidad de Inteligencia Emocional, empatía y compañerismo real son algunas de las herramientas más importantes que tienen los padres. Conocer a los amigos de tu hijo, dedicarle tiempo real a vuestra relación, estar con ellos no es lo mismo que relacionarte con ellos, estar disponible aunque no te lo pidan (incluso te rechacen en ocasiones), no premiar y engrandecer hagan lo que hagan, explicar los errores que cometen y animarles a corregirlos y disculparse, explicar que no hay nada malo en ellos o en los demás que merezca ser castigado de ningún modo… se trata de educar, conocer, comprender y apoyar con firmeza y límites. En cuanto a los centros, admitir que en TODOS los centros educativos puede existir el acoso, ya que al parecer que esto suceda es una vergüenza para los centros, sin embargo mientras niegan o se protege al colegio los chicos sufren la realidad. Proponer métodos de denuncia que no culpabilicen a la víctima o le hagan esconderse son medidas que deberían tomar los centros. Os dejo en enlace al método Kiva, una forma de abordar el acoso desde pequeños y antes de que se produzca.
- Sobre los padres. Nada más empezar la serie vemos a unos padres desesperados tras el suicidio de su pequeña, una madre que una y otra vez busca una explicación entre las cosas que ha dejado para entender por que tomo esa decisión de la que no hay marcha atrás… Gracias a los constantes flashbacks que ayudan a mantener el ritmo adictivo de la serie , vemos una relación padres hija que no pasa por buen momento. Los problemas económicos son principales para ellos, dejando de lado los cambios en el comportamiento de su hija, con poca comunicación e incluso llegando a ignorar algunas señales que Hannah da como los cambios en el aspecto, la poca vida social o incluso frases como “no he ido a poesía, y tenemos que mudarnos”. No quiero decir con esto que se puedan prevenir todas las situaciones y que cada vez que un adolescente diga que odia algo implique riesgo de suicidio, pero considero que se ha mortificado a los adolescentes y se les ignora cuando “dramatizan” por norma general. Estos padres, como la mayoría, intentan hacer lo mejor por sus hijos, olvidando que el apoyo y la confianza es lo que recordarán y valorarán el día de mañana. Vemos así como es posible olvidarse del sufrimiento de un adolescente por los problemas “de verdad”, por más absurdo que parezca, ese sufrimiento es muy real para él o ella y ocupa toda su existencia. Por otro lado los padres de Clay Jensen aparecen como muy implicados en su educación en las reuniones y preguntando si pueden ayudar en algo pero… la realidad es que este chico hace lo que quiere, cuando quiere y sin dar demasiadas explicaciones. Es decir, parece que los padres se implican superficialmente tras la alarma que produce el suicidio, preguntándole constantemente por su relación con Hannah o si sufre acoso, sin embargo emocionalmente permanecen distantes, tanto que su madre acepta el caso como abogada del Instituto. En ningún caso incluyen a los chicos en las dinámicas familiares de forma serie, suponiendo que todo está bien y a los adolescentes no se les entiende», sin darse cuenta de que como dicen en la serie «no se dan cuenta de que nosotros les vemos».
- ¿Qué se puede hacer? Estar en las buenas y malas, pero estar de verdad. Dedicarles desde pequeños tiempo para hablar de “tonterías” que son importantes para ellos, explicar los problemas familiares de forma adaptada a su edad e incluirles en algunas de las decisiones, saber que hace tu hijo y conocerlo, involucrarse en sus gustos hasta donde te permita… ser padres no es fácil pero mantener un apego seguro facilita muchas cuestiones.
- Sobre la sexualidad. Me alegró ver como ese tema se presenta de un modo tan acertado. Por suerte no presentan a chicas “locas por el sexo”, presentan la verdad, en la adolescencia hay un gran interés por el sexo, lo pueden llegar a ver casi como un juego, pero les importa. No quieren practicar sexo a cualquier precio y con cualquiera. Quizás no tienen en cuenta algunas consecuencias y se dejan llevar por la presión del grupo pero practicar el sexo es importante para ellas y no “lo quieren en el fondo“ o “no pasa nada si va pedo, seguro que quería“. Dos episodios muy duros en los que se narran la violación de Jessica Davis y Hannah, y que al menos en mi caso me pusieron los pelos de punta y un nudo en la garganta. El modo de tratarlo entre los compañeros no deja de ser un fiel reflejo de lo que por desgracia hay hoy por hoy, vergüenza para la chica violada, culpabilización yen el mejor de los casos puesta en duda de si ocurrió o no, o si quería o no… ¿Le dijiste que no querías? Una frase que me quedo grabada a fuego…
- Machismo. Constante, claro y tan normalizado que dan ganas de gritar “¡Ya vale j****!”. Desde que se cataloga a Hannah como “fácil” por la foto que se comparte donde se le ve en ropa interior y a Jake solo le cae un leve comentario “eres un asqueroso” hasta la famosa lista de las más bueno raras del instituto en la que aún se cosifica más a Hannah vemos toda una serie de micro-machismos, super-machismos y en general una cultura de sexualización de las chicas donde se ven totalmente despersonalizadas, por parte no sólo de ellos sino también de ellas por las dinámicas sociales que siguen.
- ¿Qué se puede hacer? En este sentido la educación feminista por la igualdad, el respeto a las mujeres y la clarificación de los límites desde pequeños es fundamental. Desde casa se ha de ver esta actitud de igualdad entre progenitores y hacia afuera, además de no tolerar las actitudes machistas o violentas. Por otra parte la culpabilización de las víctimas es un problema que hemos estado viendo constantemente y más en los últimos años gracias a las redes sociales. La ropa que llevaban, el lugar por el que iban, si iban con alguien o no… son una serie de mensajes que solo protegen al agresor, haciendo sentir a la víctima culpable de su propia tragedia e incluso avergonzada. NADIE y NUNCA se merece ni busca un ataque sexual, es una verdad absoluta y sin discusión, el único que debe perseguirse y avergonzarse es al culpable. Que no existan pruebas para denunciar no implica que el testimonio sea menos verídico o importante, dar este mensaje a la persona afectada puede ayudar mucho más que cualquier denuncia legal.
- Relaciones entre ellos. Me encantaría creer que todos se podrían llevar bien y pasarlo en grande pero la realidad aplasta la parte más Disney, y podemos ver que entre los adolescentes se impone la cultura del sálvese quien pueda, donde se admira al que plantea la perfección de cara al escaparate y es un «malote» en la trastienda, siendo el prototipo más claro el de Bryce Walker quien se gana el respeto con dinero, porros, alcohol, puñetazos y sexo. La importancia de cumplir las expectativas y que no se descubra que no son tan buenos les mantiene en constante disonancia entre su conciencia y sentido común y lo que finalmente actúan, siendo un claro ejemplo de esto el de Zach Dempsey, el chico perfecto que precisamente por no dejar de serlo no es capaz de asumir un rechazo o de admitir su responsabilidad.
- En cuanto al suicidio solo puedo estar de acuerdo con su guionista, Nic Sheff , quien en vanity Fair dice: “ Cuando hablamos sobre representar el suicidio de la protagonista, me pareció la oportunidad perfecta para mostrar cómo es realmente un suicidio y enfrentar a los espectadores a la realidad de lo que ocurre cuando te tiras desde un edificio en llamas hacia el comienzo de algo mucho, mucho peor”. No creo que con este relato se pretenda demostrar que existen razones para suicidarse, sin embargo que no sea un final esperado, expresa la realidad que hemos visto en los telediarios, para un chico o chica que se encuentra en esa situación las razones sobran, precisamente porque no es el razonamiento el que les lleva a suicidarse sino la necesidad de que pare el sufrimiento y la no comprensión y falta de apoyo para darse cuenta de que podrá mejorar. No en vano en 2014 el suicidio fue la principal causa de muerte no natural en España, por delante de las personas que fallecen por accidente de coche… ¿No parece una buena razón por la que hablar de este tema?
Cuando escribo sobre qué se puede hacer, no pretendo dar los consejos o soluciones a un problema tan grande como es el acoso escolar, el machismo o la violencia sexual, ya que hay miles de factores que afectan y no tenemos una fórmula para eliminar estos problemas sociales tan fuertes, pero si al menos queda la idea de lo importante que es la prevención a través de la inteligencia emocional tanto en casa como en el aula será una buena idea que promover. Se ha de entender que la respuesta está en educar a los niños desde pequeños, establecer límites y políticas en los centros educativos que promuevan la inteligencia emocional y los valores en igualdad, y procurar facilitar las vías de comunicación y la confianza en la familia cuando los niños van creciendo. A medida que escribo me doy cuenta de todo lo que queda en el tintero como la homosexualidad, el papel de los profesores y la prevención del suicidio tras la tragedia, los problemas de las redes sociales… posiblemente escriba sobre ello más adelante, mientras tanto os recomiendo esta serie que no se queda solo en la típica historia adolescente.
Imagenes:
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