La etapa infantil abarca desde el nacimiento hasta los 9 años aproximadamente, ya desde el vientre materno los bebes perciben con los sentidos y la memoria empieza a funcionar. Sin embargo a partir de los 3 años es cuando los pequeños empiezan su etapa escolar, y la familia y profesores son imprescindibles para comenzar a desarrollar más habilidades, rutinas, y un factor imprescindible: la autoestima y el autoconcepto.
Durante esta etapa (como en todas) es importante aprender a observar a los niños: sus juegos, dibujos, sus preferencias e intereses, como evolucionan sus habilidades tanto en casa como en el cole, sus pautas de sueño y alimentación… pero por supuesto debemos observar lo que dice el niño de sí mismo y otros, sus reacciones ante sus fracasos y éxitos o cómo juzgan sus esfuerzos y resultados ya que esto estará relacionado con la autoestima y el autoconcepto.
El autoconcepto es la imagen mental que tenemos de nosotros mismos en distintas áreas de la vida (Yo fisicamente, Yo como estudiante, Yo socialmente…) y es posible detectarlo con los mensajes que da el pequeño o sus reacciones. Por otro lado, la autoestima es la valoración positiva o negativa que hacemos del autoconcepto, pudiendo ser por tanto una alta/baja autoestima. Digamos que es «cuanto te quieres y valoras», ya que es la parte más emocional. Tener alta autoestima no consiste en valorarse positivamente en todas las situaciones, sino de ser objetivo y comprensivo, aceptando el autoconcepto de modo estable sin perjuicio de seguir mejorando.
Dimensiones del autoconcepto
- Dimensión afectiva: aquello que tiene que ver con cómo se ve el niño y cómo define sus rasgos de personalidad. ¿Se ve simpátic@, tranquil@, buen@, tímid@, torpe…?
- Dimensión física: la valoración que hace el niño de su físico. ¿Soy alt@, baj@, guap@, fuerte, fe@…?
- Dimensión social: ¿Se siente el niño querido por sus iguales y adultos? Esta dimensión incluye el sentido de pertenencia al grupo y las habilidades que considera que tiene para relacionarse y solucionar problemas.
- Dimensión académica: (Ver SOS exámenes) ¿Cómo se percibe el niño en el ámbito escolar? ¿Cree que será capaz de responder a las exigencias del colegio? ¿Soy buen@ en mates, vago, despistad@, mal estudiante…?
- Dimensión familiar: la forma en que se ve el niño a sí mismo como parte de su familia y en las relaciones cercanas, que la familia le devuelva un mensaje de buen o mal hij@.
¿Por qué es importante la autoestima?
- Fundamental para la salud psicológica: la baja autoestima puede predisponer o empeorar algunas dificultades psicológicas como la tristeza o el miedo. Puede suponer un factor clave para que el niño afronte estos momentos de forma sana o simplemente exprese su malestar y pida ayuda, o bien se avergüencen y no gestionen estas emociones, convirtiéndose en algo más complejo. Es importante detectar algunas señales de malestar psicológico del niño a través del cuerpo (ver órgano diana): dolores de tripa constantes, de cabeza, cansancio, sueño alterado…
- Relación con el rendimiento escolar: ya que los niños dedican muchas horas de su vida al ámbito escolar, poseer una autoestima ajustada en este sentido servirá para que el pequeño no se derrumbe ante las dificultades. Los niños con buenos resultasdos académicos logran mantener una sensación de satisfacción alta, por ello es importante reforzar los intentos y la perseverancia y dar distintas alternativas donde el niño tenga especial habilidad. La actitud de la familia ante los estudios será primordial para el buen aprendizaje del niño, es decir, servir de modelo.
- Determina la forma en que el niño interpreta el mundo: la autoestima tendrá un papel importante en la forma en que el niño verá las distintas situaciones: un fracaso, una pérdida, un éxito, una disputa familiar, un comentario… En función de como el niño interprete estas situaciones, le afectarán y marcarán su estado emocional (Ej. mamá me ha echado la bronca porque soy un torpe y lo rompo todo).
- Decisiva en el desarrollo de las habilidades sociales: un niño con autoestima adaptada tendrá los miedos normales a la hora de relacionarse con niños nuevos o con grupos desconocidos, sin embargo, cuando la autoestima no es ajustada aparecerán dificultades más notorias como la negativa, el mutismo selectivo, la incapacidad de integración o incluso la agresividad. Aprender a establecer relaciones y mantenerlas dará un aprendizaje muy valioso al niño, que confiará en sí mismo y en las personas que le rodean.
Mejorar la autoestima en niños
- Escucharles de verdad, mirándoles y pidiéndoles opinión en ocasiones, valorándola aunque no se comparta.
- Reforzar sus logros, pero por encima de todo el esfuerzo y la capacidad de superación.
- Remarcar el orgullo propio y ajeno.
- Realizar críticas por los hechos y no por su persona (Ej. Eres un torpe… Cambiarlo por: «Tienes que tener más cuidado con lo que haces»)
- NUNCA decir «Ya no te quiero» o amenazarles con retirar el afecto.
- Darles pequeñas responsabilidades y poner límites según la edad.
- Proponerles metas realistas marcadas por su propio desarrollo y habilidades, no por el grupo o los «mejores».
- Ayudarles a enfrentar situaciones que temen dándoles recursos previamente o ensayando.
- Hacer juegos sobre autoestima y autoconcepto: sopa de letras de mis habilidades, ahorcado de lo que me gusta de mí…
Recuerda tus peores momentos y cómo quererte ha sido un factor que ayuda mucho a levantarse, conocerse ayuda a establecer sueños y límites, y saber que hay otros que te apoyan incondicionalmente da seguridad para pensar y buscar la mejor solución.
Si detectas problemas de autoestima en tu peque y no sabes que hacer puedes contactar conmigo.
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